Las trampas del deseo
Los economistas clásicos se han esforzado en entender y explicar el ser humano como un agente racional: que toma decisiones insesgadas utilizando toda la información a su alcance. Los experimentos con personas reales de los economistas conductuales (como Dan Ariely) han refutado esa teoría demostrando que gran parte de nuestras decisiones son sesgadas, irracionales y que estos errores de juicio se repiten previsiblemente. De ahí el título original de este libro: “Predictably Irrational”.